16.5.10

Frágil

Te conozco desde hace dos años.
Hoy sé que eres tú porque he llamado a tu casa y has respondido por tu nombre, por lo demás me cuesta averiguar con quién estoy hablando.
Hace tiempo que comenzaste a alejarte de la realidad. Cada día te despegas un poco más del suelo y vuelas hacia un mundo de sombras en el que comienzas a encontrar el lugar que te ha sido arrebatado, replicando mediante delirios tus deseos color holograma. Eso te hace sufrir. Mucho. Tanto que hablas un idioma ininteligible, expulsas balbuceos y arcadas en lugar de palabras. Lo único que logro entender en una hora y media de tu soliloquio son frases-tipo extraídas de un trasnochado manual de autoayuda. El resto de tu discurso es incoherente, entrecortado, a veces con sollozos, a veces con silencios.
He tenido ganas de colgarte el teléfono por la impotencia que he sentido, ponía todas mis energías y atención en intentar hilvanar aquella sucesión de incoherencias, pero era en vano, porque ya no eres tú.
Te espero en este lado, del que yo también tengo dudas si es al que pertenezco y al que me aferro. Quizá eres valiente por haberte desprendido de este clavo ardiendo, hastiada de quemarte las palmas de tus antes expresivas manos. Quizá eres inteligente, puesto que te has creado un universo paralelo en el que satisfaces tus deseos y en el que se magnifican tus miedos. Quizá la locura es una opción a la que pocos tienen el privilegio de acceder, pero no en este mundo ,preciosa, no en este mundo...