a diez centímetros de tus vísceras,
lengua receptora de todo aquello que tu tubo de ensayo
exuda.
Deglutiendo los últimos restos de ti,
fagocitándote lentamente pero sin paladearte,
evitando así que sus papilas terminen por acostumbrarse a tu hediondo sabor...
Ella se incorporó torpemente.
La sangre de nuevo comienza a circular por sus piernas,
devolviendo el color a unas rodillas antes hincadas en el suelo.
Aún tienes cara de pasmado,
de cerdo recién ordeñado.
Dejando caer tu magra carne
hacia el cilíndrico respaldo.
Ella se recompone tratando de que su osamenta descoyuntada
retornara a su estado racional,
para a continuación sobre ti desplomarse,
conteniendo el vómito,
convirtiéndolo en naúsea
sobre tu chaise longue,
recién comprada,
recién maculada.
Mientras,
la grabadora seguía registrando la sesión.
Todas sus cintas archivadas
de idéntico final...
"Deja de llorar
no sucederá más."
*"Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla" (S. Freud)
lengua receptora de todo aquello que tu tubo de ensayo
exuda.
Deglutiendo los últimos restos de ti,
fagocitándote lentamente pero sin paladearte,
evitando así que sus papilas terminen por acostumbrarse a tu hediondo sabor...
Ella se incorporó torpemente.
La sangre de nuevo comienza a circular por sus piernas,
devolviendo el color a unas rodillas antes hincadas en el suelo.
Aún tienes cara de pasmado,
de cerdo recién ordeñado.
Dejando caer tu magra carne
hacia el cilíndrico respaldo.
Ella se recompone tratando de que su osamenta descoyuntada
retornara a su estado racional,
para a continuación sobre ti desplomarse,
conteniendo el vómito,
convirtiéndolo en naúsea
sobre tu chaise longue,
recién comprada,
recién maculada.
Mientras,
la grabadora seguía registrando la sesión.
Todas sus cintas archivadas
de idéntico final...
"Deja de llorar
no sucederá más."
*"Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla" (S. Freud)