1.11.10

Cimientos de Amapolas

En mi casa siempre se llamó a este día "Día de Todos los Muertos". Como en muchas casas, en la mia también íbamos a visitar las tumbas propias y, por qué no decirlo, las ajenas.

Hoy, Día de Todos los Muertos, he venido a visitar mi blog, porque actualmente es como un cementerio lleno de tumbas. He venido a ponerle agua a los tarros de mermelada y de espárragos vacíos que hacen la función de jarrones, tan verdes por el moho que deja la evaporación y la anterior presencia de naturaleza ahora marchita.

No me gustan las rosas, ni los claveles, ni las flores exóticas...Siempre me gustaron las flores silvestres que de pequeña recogía de los descampados de mi barrio, espacios abiertos que ahora son edificios, edificios en los que habitan personas, en los que habitan pequeños relatos metidos en otros relatos más grandes, como una matrioska.

Ya no hay flores silvestres en ese descampado, pero qué más da, siempre quedan explanadas en las que los pilares de cemento no han sembrado sus raíces...

6.7.10

Extra-Ùtero

Acostumbraba a visitar a su madre con una diaria frecuencia. En las últimas semanas la hija espació las visitas. Estaba planeando su propia desaparición, por lo que evitaba tener cerca a su madre, temiendo que ésta sospechara y por ende obstaculizar los planes . La madre tenía amplia experiencia en estas lides: su hija bien la había aleccionado tras repetidos ensayos. La madre estaba cansada de boicotear los propósitos, considerados eutanásicos, de la hija. No se encontraba con las fuerzas suficientes, cada vez le era más difícil contener a esa masa de hija que luchaba por desintegrarse. Los casi 90 kilos de peso y múltiples migrañas doblaban y doblegaban a la madre, cada día más enclenque y encorvada. Ante tamaña desproporción física ya no había nada más qué hacer, así que la solución era dejar de hacer y dejarla hacer. Le iba a dejar continuar con sus planes. Estaba decidido, pero no de cualquier manera, esta vez le ayudaría a que sucediera de forma diferente. Nada de dejar a mano cuchillas filomátic en el cajón del cuarto de baño, ni mucho menos un cóctel de rohipnoles con alcohol y de ninguna manera volver a contratar gas butano. Era necesario encontrar otro modo (nada de drogas, fármacos, alcohol) y lugar (bañera, cama, suelo, horno...).

La hija abrió con la llave que aún conservaba del domicilio familiar. Se saludaron ambas con un lánguido formalismo coloquial. La hija se lavó las manos y después se dirigió al comedor. La madre ,mientras, colocaba los platos, los vasos, la botella de agua...La hija encendió el televisor, buscó un canal de noticias y musitó para sí misma "otro día en el mundo, ¿qué hago aquí?". Se dispusieron a comer. No hablaban. la madre se limitaba a retirar cada uno de los platos cuando la hija terminaba. La hija llenaba su vacío ayudándose del agua para arrastrar la amalgama de alimento por su esófago y así acelerar su sensación de saciedad. Sintió una desagradable opresión en el bajo vientre y la regurgitación comenzaba a ser inminente, por lo que se incorporó para volver a abandonarse en el sofá de siempre, en la postura de siempre. La espalda apoyada de perfil en uno de los brazos del sofá y en el otro sus piernas colgando. Apenas su cuerpo encajaba en el sofá en el que pasó tantas horas mirando hacia el infinito en dirección a la ventana, clavando la mirada en el mismo pedazo de cielo. Su cuerpo rebosaba hasta su propio espacio. La hija se expandía.

La madre volvió de la cocina y se sentó en el sofá contiguo al de la hija. La voz de la mujer del tiempo. Áreas de bajas presiones se dibujaban en el pedazo de cielo de la hija. La madre suspiro hastiada, pensaba en qué cocinar para su hija si ésta continuaba con vida al día siguiente. La hija de pronto se giró hacia su madre para decirle algo, pero se contuvo y permaneció en silencio.
Oferta de viajes, 25 % de descuento. "Estaría bien irnos allí" dijo la madre por hablar de algo. "Preferiría estar ahí". "¿Ahí?, ¿dónde?", respondió la madre. La hija señaló hacia el vientre sexagenario de la madre. "¿Aquí?, ¿dentro?".
"Sí y no haber salido nunca"

(hubiera sido esperable en la madre el desgañitarse, llorar, reprochar, rememorando las contracciones y las grandes arcadas del útero que la sumieron en un dolor inefable, así como el tedioso postparto protagonizado por la episotomía...Rememorando la soledad que sintió en el paritorio, pidiendo a dios, cuando se acordaba de él, entre punzada y punzada que, si existía, hiciera aparecer por la puerta al cabrón que la preñó para apretarle la mano...)

Empero,a la madre se le iluminó tanto el semblante que se incorporó como un resorte, se colocó en frente de su hija buscando su mirada. La hija seguía manteniendo la postura fetal. Sus globos oculares eran charcos. Había tardado casi 40 años en verbalizar aquello que más deseaba. Casi 40 años intentando evolucionar cuando se desea la involución. Son muchos años de pérdida de tiempo. No quería morir, quería ,simplemente, otra oportunidad.

La madre le tomó de la mano. Le hizo acompañarla al dormitorio y le insinuó con un gesto que permaneciera de pie, frente a ella. La madre se bajó la faja, se deshizo de las bragas y se tumbó supinamente encima de la cama. Separó sus piernas de alambre e hizo una profunda inspiración y le tomó la enorme cabezota entre sus manos en dirección a su vagina. El cuerpo de la hija comenzó a adoptar una informe masa viscosa adecuada para permitir su paso por la vagina. La hija transformada en mórula no quiso llegar al fondo del útero, por lo que se detuvo en la trompa de falopio...

24.6.10

Escritura automática 2

Saber, decir, hacer, infinitivos finitos en cualquier momento y lugar, distancias no salvables, salvavidas deshinchados, lejos está el suelo, lejos está el resguardo. Me miras y no hablo, hablo y no estás. duchémonos juntos, quitémonos esta suciedad e inmaculados marchémonos al lecho para volver a ensuciarnos...

21.6.10

Escritura automática 1

a, b, c, d, e , f, podría escribir todo el abededario y terminar y volver a empezar, una y otra vez, sin medida, sin flujo continuo de palabras automáticas. El ser y la nada, la náusea inundada de más náusea. El final. A la postre nos veremos, no sé si en el infierno o en el paraíso eterno, a tu diestra o a tu siniestra. Fin del ejercicio.

3.6.10

Formas de olvidarse de uno mismo


Correr hasta que los cuádriceps estallen y el corazón pugna por salir del tórax.
Observar cómo una hilera de hormigas regresa a su agujero de tierra.
Escuchar cómo al otro lado de la pared alguien llora.
Mirarse al espejo hasta dejar de reconocerse.
Sucumbir en los mismos errores.
Mirar hacia el infinito.
Comer compulsivamente.
La música envolvente.
Bailar sin ser visto.
Hacer ecuaciones.
La televisión.
La autolisis.
El nihilismo.
Un orgasmo.
Leer.
Reír.
Tú.

16.5.10

Frágil

Te conozco desde hace dos años.
Hoy sé que eres tú porque he llamado a tu casa y has respondido por tu nombre, por lo demás me cuesta averiguar con quién estoy hablando.
Hace tiempo que comenzaste a alejarte de la realidad. Cada día te despegas un poco más del suelo y vuelas hacia un mundo de sombras en el que comienzas a encontrar el lugar que te ha sido arrebatado, replicando mediante delirios tus deseos color holograma. Eso te hace sufrir. Mucho. Tanto que hablas un idioma ininteligible, expulsas balbuceos y arcadas en lugar de palabras. Lo único que logro entender en una hora y media de tu soliloquio son frases-tipo extraídas de un trasnochado manual de autoayuda. El resto de tu discurso es incoherente, entrecortado, a veces con sollozos, a veces con silencios.
He tenido ganas de colgarte el teléfono por la impotencia que he sentido, ponía todas mis energías y atención en intentar hilvanar aquella sucesión de incoherencias, pero era en vano, porque ya no eres tú.
Te espero en este lado, del que yo también tengo dudas si es al que pertenezco y al que me aferro. Quizá eres valiente por haberte desprendido de este clavo ardiendo, hastiada de quemarte las palmas de tus antes expresivas manos. Quizá eres inteligente, puesto que te has creado un universo paralelo en el que satisfaces tus deseos y en el que se magnifican tus miedos. Quizá la locura es una opción a la que pocos tienen el privilegio de acceder, pero no en este mundo ,preciosa, no en este mundo...

29.4.10

No es un día precisamente especial. Es un día en el que te quedarías en la calle, incluso dormiría sentada en un banco hasta que el frío de la madrugada me hiciera suplicar la comodidad de un sofá. Es un día en el que he acercado mi mejilla para que me den un beso.
Es uno de esos días en los que si alguien me hubiera invitado a abandonar un rato el mundo, le hubiera dicho que no...

25.1.10

Tres en Raya



FOLLAR COMER DORMIR
DORMIR FOLLAR COMER
COMER DORMIR FOLLAR


*Sin ingerir líquido uno se deshidrata,
y sin electrolitos no somos nada...

No hay nada mejor que el instinto desbocado
cuando va dirigido a mi objeto,
animado,
inanimado,
qué más da, si es oscuro o claro el de mi deseo.
Sólo sé que me deshidrato
cuando estoy llena de agua,
pero son acuíferos subterráneos:
Escarba...

No hay nada peor que la energía caótica,
que a ningún lado de la cama alcanza,
que se dispersa,
que se pierde,
cuando me tienes en tu cabeza
y no me llamas.

Cuatro esquinitas tiene mi cama,
cuatro puntos de fuga.
Los angelitos no me la guardan,
seres alados
que de mí se ríen a carcajadas,
porque cuando te tengo al lado
quiero que te vayas.

20.1.10

De la heroína a la metadona , de la metadona al papel Albal



La esquirla de tu vaso
en mis labios se halla hincada,
provocando una leve hemorragia
y un susurro de dolor.
El error fue mío
por pedirte que compartieras tu bebida conmigo,
tu cama,
tu almohada,
tu colchón...
Mi aroma
en tu lecho de aquellos días
en él se ha postrado,
como dos cuerpos hastiados de reconocerse,
como la caricia de mi gata en mi cara
cuando llego a casa.
La nada se escucha,
la energía antes generada
se ha transformado en partículas de silencio
y en átomos de temor,
en dudas no disipadas,
en orgasmos olvidados
que permanecen enquistados en el bajo vientre
y lo que se enquista
se convierte
(a veces)
en un tumor.
Me pregunto si
mis fluidos
te pertenecerán de nuevo
o los beberé de otros vasos,
si volveremos a llenar las cubiteras
y a vaciarlas en sendos recipientes alargados,
si aspiraremos el polvo de nuestros sueños
o si nuestros sueños
serán por otros inspirados

(Te metamorfoseo en papel de aluminio,
trituro mis recuerdos
y te fumo en un chino.
Me monto en el caballo
y me pongo a Los Chichos)



La poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido.
Maquiavelo

10.1.10

Cofosis

Escucho esa canción y me hace menos daño, la he vuelto a hacer mía...
Ya no ando en la cuerda floja, eso es una proeza, ahora gateo y si me desequilibro continúo colgada de las manos.
Suenan las sirenas de los coches de policía y me pregunto a dónde irán y si los policías tienen miedo de lo que se van a encontrar allí.
Escucho las sirenas de los bomberos y me pregunto dónde está el fuego
Escucho las sirenas del mar y no hay Orfeo que las ensordezca, voy directa al naufragio...
La puerta fue echada abajo, entraron dos policías, cuatro bomberos y Orfeo llegó con la lira...
Que se jodan las mujeres pez.